La Autoridad de Transporte y Movilidad (AMT) de Portugal ha comenzado una campaña de vigilancia para sancionar el uso excesivo del volumen del teléfono móvil en el transporte público, especialmente en el ferroviario. Las multas por esta conducta, considerada una falta de civismo, oscilan entre los 50 y los 250 euros.

La normativa portuguesa establece como infracción el uso de aparatos sonoros o la generación de ruidos que perturben la tranquilidad de otros pasajeros. Aunque sólo 121 de las más de 29.000 quejas recibidas por la AMT hacían referencia a este problema, las autoridades decidieron actuar para promover un ambiente más respetuoso en el transporte público.

Hasta el momento, las sanciones se han aplicado exclusivamente en el transporte ferroviario. La AMT remarcó que más allá de las multas, el objetivo principal de la campaña es fomentar un comportamiento cívico y un uso responsable de los dispositivos electrónicos entre los usuarios.

Como parte de esta iniciativa, las autoridades recomendaron a las operadoras de transporte implementar medidas como mensajes informativos sobre el uso adecuado del volumen, encuestas de satisfacción entre los pasajeros y la creación de vagones silenciosos, una práctica que ya funciona en países como España y Francia.

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